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El lago de Sanabria: el embrujo de la naturaleza

Existe en España un lugar de impresionante y evocadora belleza, capaz de mostrarle un paisaje formado hace 100.000 años: el Parque Natural del Lago de Sanabria. En su interior descansa, rodeado de leyendas, el lago de origen glaciar más grande de España. Quedará atrapado por el irresistible magnetismo que desprende este espectacular conjunto de aguas cristalinas, montañas inmensas, verdes brillantes y una riqueza medioambiental extraordinaria.

Lago de Sanabria

En el norte de nuestro país, a unas tres horas y media de Madrid, encontrará un sitio privilegiado: el Parque Natural del Lago de Sanabria. Situado en la provincia de Zamora, en las estribaciones de las Sierras de la Cabrera y Segundera, descubrirá un espectacular relieve de valles, lagunas y profundos barrancos. En este paisaje, formado en la última glaciación, destaca sobre todo el impresionante lago de Sanabria, el más grande de toda España. El bello contraste compuesto por las montañas que lo rodean, las playas naturales de sus orillas, el reflejo de la luz en la superficie del agua y la exuberante vegetación del entorno resulta una estampa difícil de olvidar.

 

FASES GLACIARES DEL LAGO DE SANABRIA

Además de su alto valor medioambiental el Parque Natural de Sanabria ofrece valiosos recursos históricos, artísticos y culturales. Junto al interesante monasterio románico de Santa María, en San Martín de Castañeda -sede del Centro de Interpretación del Parque Natural-, destacan el conjunto urbano y monumental de Puebla de Sanabria y las numerosas muestras de arquitectura popular distribuidas en los pueblos de la zona.

Muy cerca de la orilla del Lago de Sanabria, en Ribadelago Viejo (inundado por la rotura de una presa), se inicia el recorrido que se interna a través del estrecho y espectacular cañón del Tera. A la salida del citado pueblo y siempre paralelo al río se encuentra la cerrada garganta. Tras dejar a la derecha el camino de San Martín de Castañeda y vadear el Tera por un improvisado paso, el sendero discurre por una zona de grandes piedras acarreadas por la corriente.

Al llegar a las primeras cascadas es necesario cruzar de nuevo el río y comenzar a ganar altura para salvar las primeras dificultades topográficas. Las huellas dejadas por las distintas glaciaciones cuaternarias en las rocas cámbricas de la zona caracterizan el relieve. Profundos barrancos, circos glaciares, alturas aborregadas, ibones, morrenas y bloques erráticos son algunas de las Muestras de la erosión producida por el hielo. En el privilegiado entorno del parque natural del Lago de Sanabria se pueden localizar hasta 40 lagunas de origen glaciar.

Una vereda cada vez más desdibujada alcanza, tras descender por unas escaleras naturales, la llamada Poza de Las Ninfas. Cascadas y pequeños lagos se alternan formando un rosario de gran belleza. En el ensanchamiento de la garganta se forma el valle de la Cueva de San Martín. Al caminante le quedan dos alternativas para regresar, la primera es volver por el mismo camino; la segunda y más trabajosa es continuar -siguiendo el arroyo de Covadosos- hasta San Martín de Castañeda y enlazar, por la llamada y bien balizada senda de San Martín, con Ribadelago Viejo.

Valores que justifican su declaración como Parque Natural

Fue creado en el año 1978 con el principal objetivo de preservar la morfología que esculpieron en sus rocas los glaciares cuaternarios, la riqueza de su flora y de su fauna y la pureza de las aguas del único lago glaciar de la Península Ibérica y de las más de 20 lagunas que componen, después del Pirineo, el conjunto lagunar más importante de la Península. Todo este entramado geomorfológico es un libro vivo donde se puede estudiar un fenómeno que, como el del glaciarismo, nos queda muy lejos en el tiempo y en la distancia.

En la actualidad esta en estudio la declaración de Reserva Natural de la Biosfera, sin duda esta figura de protección beneficiará y protegerá los valores naturales de la zona.

Fuentes: Spain.info-Lago de Sanabria.    Junta de Castilla y León - Consejería de Medio Ambiente

 

Leyenda del lago de Sanabria

 Antiguamente, en el lugar que hoy ocupa el Lago de Sanabria —que no existía—, tenía emplazamiento Villaverde de Lucerna. Cierto día se presentó en la villa un pobre pidiendo limosna —era Nuestro Señor Jesucristo—, y en todas las casas le cerraron las puertas. Tan sólo se compadecieron de él y lo atendieron unas mujeres que se hallaban cociendo pan en un horno. Pidió allí el pobre, y las mujeres le echaron un trozo de masa al horno que, tanto creció, que a duras penas pudieron sacarlo por la boca del mismo. Al ver aquello, le echaron un segundo trozo de masa, aún más chico, que aumentó mucho más de tamaño, por lo que se hizo preciso sacarlo en pedazos. Entonces diéronle el primero que salió. Cuando el pobre fue socorrido, y para castigar la falta de caridad de aquella villa, díjoles a las mujeres que abandonaran el horno y se subieran para un alto, porque iba a anegar el lugar. Cuando lo hubieron hecho y abandonaron Villaverde, dijo el pobre:

 

aquí finco mi estacón,

aquí salga un gargallón;

aquí finco mi espada,

aquí salga un gargallón de agua.

otras versiones

Aquí clavo mi bordón,

aquí nazca un gargallón,

aquí clavaré mi espada,

nazca aquí un gargallón

Tan pronto como fueron pronunciadas estas palabras, brotó impetuoso surtidor de la tierra, que en pocos momentos anegó totalmente a Villaverde de Lucerna, quedando el lago como hoy se ve. Tan sólo quedó al descubierto una islita, que jamás se cubre en las crecidas y situada exactamente en el lugar que ocupó el horno en que fue socorrido el pobre. Por lo demás, el lago conservó la virtud de que todo aquel que se acercara a él en la madrugada de San Juan y se hallare en gracia de Dios oiría tocar las campanas de la sumergida Villaverde.

(L. L. Cortés y Vázquez: «La leyenda del Lago de Sanabria», artículo. «Revista de Dialectología y Tradiciones Populares», IV. Madrid,1948)

 

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Septiembre 2005